Fernando Pastor, el padre que ha llegado hasta el final y ha logrado la sentencia de Valladolid contra los símbolos religiosos en los centros educativos públicos, está siendo objeto de acoso, insultos e improperios por los ultras de su colegio, animados por la directora. Os pido que le hagáis llegar un mensaje de apoyo y felicitación en estos duros momentos.
Fernando PastorC/ Padilla, 7-1º Izda.47003-Valladolid, email: pastor3310124@wanadoo.es
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Esta es la carta que he enviado en nombre de AMYDEP:
Desde Murcia, AMYDEP (Asociación para la Defensa y Mejora de la Escuela Pública), queremos comunicarte nuestro más firme apoyo a la causa que estás llevando a cabo.
Pensamos, como tú, que en un país aconfesional existen espacios públicos en donde no debe haber símbolos de entidades privadas.
¡No a la guerra de religiones en el seno de los Consejos Escolares!
Un abrazo de Enrique Fuster, secretario de AMYDEP
Animáos a escribirle, lo necesita.
En primer lugar solidarizarme con Fernando Pastor y repudiar públicamente cualquier tipo de acoso, coacción o presión que los sectores fundamentalistas realicen.
Con relación a las aspiraciones para conseguir una sociedad laica, alejada de los fundamentalismos religiosos, permitidme comentar algunos campos de “intervención” educativa en manos de estos grupos donde su sola presencia presupone un atentado a la sociedad civil y, sobre todo, a los derechos y libertades que los Derechos Humanos y la Constitución del 78 protegen.
A saber,
A) Todo lo relacionado con la educación sexual, VIH, sexualidad segura y prevención de enfermedades de transmisión sexual o prevención de embarazos no deseados. También, debemos incluir cierto tipo de consumo de drogas (inyectadas). El fundamentalismo religioso sobre estos temas les incapacita para atender este tipo de situaciones. ¿Qué podemos opinar de una moral que cuestiona visceralmente el uso del preservativo condenando a millones de personas al contagio de múltiples enfermedades o la muerte?
B) Menores embarazadas. Más de lo mismo. Una moralina que no encubre la coacción ni un destino final de adopciones de los niños nacidos contra la voluntad de las menores.
C) Personas enfermas que se encuentren en un estado “terminal”. Su manifiesta opocisión histórica a una muerte digna o eutanasia de las personas las deslegitima para estas situaciones tan delicadas.
Un saludo.
Publicar un comentario